Si bien hay mucha gente que le gusta subirse al tren de la fotografía purista, es innegable que cuando vemos una buena photoshopeada no podemos dejar de aceptar que se trata de arte y es tan valida como una imagen salida directamente de la cámara. Por mucha acción de cuanto programa de edición haya en una imagen, se sigue tratando de una composición en base a una o varias fotografías reales y la participación de, claro esta, una cámara de fotos. Erik Johansson es justamente este punto de inflexión.
Erik Johansson es un fotógrafo y retocador oriundo de Suecia y establecido en Berlin, Alemania. Sus principales influencias son pintores de la talla de Dali y Escher lo cual probablemente explique el tipo de fotografía que realiza. Su porfolio es una perfecta colección de lo bizarro y lo perfectamente ejecutado, con calles que se elevan en el cielo partiéndose al medio y pintores que se pintan a si mismos.
Es clara la acción del Photoshop aquí pero se sienten tan naturales que se vuelven aceptables hasta para el mas purista. En cierta manera, el hecho de que las imágenes estén tan bien realizadas y por más que lo que veamos no sea natural, en realidad así se sienten.
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