Wadi Shab, un cañón desértico con piscinas turquesa, están en el interior de Omán y son todo un regalo para los sentidos. Un paraíso de agua en medio de un desierto asiático.
Omán es un país localizado al suroeste de Asia, en la costa de la península Arábiga que limita con los Emiratos Árabes Unidos al noroeste, con Arabia Saudita al oeste y con Yemen al suroeste.
Su territorio es, en su mayor parte, un vasto desierto si nos alejamos de la costa. Sin embargo, en medio de ese desierto encontramos un paraje paradisíaco sin comparación con ningún otro que pueda existir en el Mundo.
Se trata de Wadi Shab, un curso de agua dulce de tonalidad turquesa ubicado en un cañón rojizo, que forma una piscina natural en la que tomar uno de los baños más especiales de nuestra vida.
Este singular paisaje se encuentra a sólo dos horas desde Mascate, la capital del sultanato de Omán y es uno de los lugares más recomendados en las rutas de viajes que recorren este exótico país.
Los visitantes de Wadi Shab, sorprendidos por la sobrecogedora belleza del paraje acuático se pueden desplazar hacia el final de la garganta, donde nadar hasta una cueva pequeña o realizar saltos al agua desde las rocas.
Aunque algunas partes del conjunto fueron dañadas por un ciclón, sigue siendo una de las atracciones más impresionantes de todo Omán.
En este oasis de color turquesa abundan las palmeras que surgen inesperadamente entre las muchas piscinas que van apareciendo en el camino, asemejando un auténtico espectáculo de cromatismo y belleza natural.
Único, sorprendente y paradisiaco este cañón rocoso bañado por aguas de mil azules ya se considera uno de los lugares más especiales del Mundo.
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