Vista de Brujas
Brujas es una ciudad belga. Es la capital de la provincia de Flandes Occidental. Situada en el extremo noroeste de Bélgica a 90 kilómetros de la capital Bruselas, cuenta en su núcleo urbano con una población de 117.000 habitantes. Brujas, la Venecia del Norte, es una ciudad amable, que conserva un rico legado de los tiempos ya lejanos, en los que fue metrópoli potente, con un poderío económico que se vino abajo cuando perdió su cualidad portuaria.
Brujas, una ciudad con encanto
Hoy Brujas tiene una vida apacible. La belleza de sus casas, el encanto de sus canales, el orgullo de sus viejos edificios, hace de la urbe un destino apetecible para muchos, amantes de la belleza y el arte. Desde el año 2000 esta vieja ciudad es Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Brujas
En la ciudad de Brujas se aúna el arte con un estilo de vida no estridente ni caracterizado por prisas. Tiene unos interesantes monumentos del periodo gótico y una buena serie de museos. Pero además, Brujas tiene encanto para ser vista desde sus canales o incluso mediante los carruajes de caballos. También es muy corriente recorrer la ciudad en bicicleta. Muchos hoteles disponen de bicicletas para los clientes. Por consiguiente más vale dejar el coche en uno de los numerosos aparcamientos cercanos al centro y disfrutar de la belleza de calles y canales de esta tranquila urbe.
Calle de Brujas
La Plaza Mayor - El verdadero centro de la ciudad de Brujas está en el espacio conformado por la Markt (Plaza Mayor) y la plaza Burg contigua. Las fachadas le otorgan una bella armonía. El edificio más impresionante es el Campanario con su carillón. En medio de la plaza se halla la estatua dedicada a sendos héroes locales. El campanario es el símbolo más popular de la ciudad, gótico, de los siglos XIII a XVI, con 83 metros de altura. Se trata de una poderosa torre de mas de 300 escalones. Alberga un pequeño museo dedicado al edificio y su historia. Arriba, junto al carillón de la ciudad, de 47 campanas (27 toneladas de peso en total), se goza de una estupenda vista sobre la ciudad y su entorno.
Plaza Mayor
La Plaza de Burg - En esta plaza de Brujas hay varios elementos de interés: la basílica de la Santa Sangre, el Ayuntamiento, una antigua escribanía renacentista y un palacio del siglo XVI. La basílica de la Sagrada Sangre está integrada por dos capillas superpuestas. La inferior es de 1150, románica, en tanto que la superior es neogótica.
Plaza de Burg
En esta iglesia se venera una reliquia de la Sangre de Cristo, traída de Tierra santa por el Conde de Flandes, en la segunda cruzada. En torno a esta reliquia se celebra anualmente una solemne fiesta religiosa. Tiene un pequeño museo con el notable relicario y algunos otros elementos de culto. El Ayuntamiento es de final del siglo XIV, en estilo gótico florido. Su airosa verticalidad se realza mediante tres torrecillas. Es notable su sala gótica, con magnífica bóveda.
Plaza de Burg
En la plaza destacan también la escribanía, renacentista, del XVI, con un museo provincial, y el antiguo palacio Brugse Vrije, del siglo XVI también, actualmente centro administrativo municipal.
Catedral de San Salvador - Es la iglesia más antigua de Brujas, corresponde a los siglos XI a XV, y ha sido recientemente restaurada. Destaca su robusta torre, de 100 metros de altura, con torrecillas angulares que no son suficientes para hacer airosa la mole. El templo tiene una interesante sillería, tumbas medievales y un museo con abundante colección pictórica. Cuenta con cuadros flamencos de autores como Dirk Bouts y Hugo van der Goes.
Los Canales - Hay programadas sencillas excursiones por los canales de Brujas. Normalmente se desarrollan en todo el año, salvo los meses más duros de invierno, y tienen un recorrido de media hora. El recorrido sirve para ver el centro de la ciudad con otra perspectiva, desde el nivel del agua. Es especialmente bello el tramo del canal que corre desde la plaza de Burg hasta la iglesia de Nuestra Señora.
Habitantes habituales de las aguas de Brujas son los cisnes. Estos animales tienen aquí una vieja leyenda. En el siglo XV hubo una revuelta local contra Maximilano de Austria, a causa de una subida de impuestos. Entonces, los revolucionarios decapitaron a un alto dignatario cuyo escudo de armas llevaba un cisne. Dominada la revuelta, Maximiliano ordenó a los hombres de la urbe que a partir de aquel momento alimentaran a los cisnes de los canales, como forma de penar el crimen.
Cisnes en los Canales
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