Hay muchas ciudades medievales de Francia (y de Europa) que parecen sacadas de un cuento. Pero en el caso de Collonges-la-Rouge, no sólo se trata de un pueblecito pintoresco, sino que además, todas sus construcciones poseen el mismo color a causa de utilizar la piedra de rodeno (de arenizca rojiza) de la región. Se encuentra en la región de Lemosín.
Collonges-la-Rouge es una comuna en la región de Lemosín, con una pequeñísima población, y una innegable belleza visual. Sus calles angostas y empedradas invitan a caminarse, o hasta pintarse: y es que la ciudad, ha sido motivo para artistas y pintores que la retrataron y plasmaron sus ángulos en grabados y lienzos. Nacido como un convento, largos siglos de historia y una impecable conservación terminaron por ganar el reconocimiento como monumento histórico francés en el año 1942.
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