La Piscina del Diablo

Entre Zambia y Zimbabue hay una piscina natural conocida como "la piscina del Diablo" en  las cataratas Victoria que miden aproximadamente 1,7 km de ancho y 108 metros de alto, donde se puede nadar solo en ciertos meses por el bajo caudal del río Zambeze.

Piscina del Diablo - Cataratas Victoria, Isla Livingstone. (Foto por Greg y Ashley )

Las cataratas Victoria, constituyen un salto de agua del río Zambeze, situado en la frontera de Zambia y Zimbawe, miden aproximadamente 1,7 km de ancho y de alto 108 metros. Se consideran un espectáculo extraordinario debido al estrecho y raro abismo en que el agua cae.

Entre septiembre y diciembre, debido a los bajos niveles de agua del río Zambeze, es posible nadar con tranquilidad (más bien con seguridad, que la tranquilidad es ya cosa de cada uno) en ellas al borde de la catarata mismo, en esta piscina natural a la que puede accederse a través de la isla Livingstone. Este lugar tan extraño es llamado “la piscina del Diablo”.

Piscina del Diablo, Cataratas Victoria. (Foto por Altimiras Ferran )

Es una atracción adicional a la ya increíble de por sí contemplación de las Cataratas Victoria, pero que sólo se puede disfrutar en la temporada de bajo caudal, ya que si no, los bañistas se verían arrastrados por el salto de agua.

Piscina del Diablo, Cataratas Victoria. (Foto por Fritz Stugren )

La piscina no es muy grande, no obstante, es considerada la más peligrosa del mundo debido a que está ubicada justo al borde de las cataratas africanas, desde donde los turistas pueden apreciar la caída del agua que se extiende casi 100 metros hasta el fondo. 

Piscina del Diablo. (Foto por Aasny )

Los encargados de esta atracción turística siempre advierten a los bañistas que se pueden presentar crecidas súbitas en los niveles del río hasta de un metro, por lo que recomiendan tener precaución a la hora de ingresar a la piscina del diablo.

Michelle salto en la piscina del Diablo, Zambia. (Foto por Martin Callum )

Las crecidas del río pueden ser tan rápidas que en cuestión de minutos el caudal puede subir hasta un metro. No es la piscina más grande del mundo, pero quizá sí sea la más peligrosa de todas que se sepa. Aunque por las imágenes de gente sonriente que se baña en ellas e incluso se apoya en el propio salto, cualquiera lo diría.