El lago Louise es un lago en Alberta, Canadá. Es un lago glaciar localizado a tan sólo 5 km del pueblo homónimo y de la Carretera transcanadiense (en este tramo también conocida como Carretera de los campos de hielo), en el Parque Nacional Banff, en las Montañas Rocosas canadienses. El lago Louise recibe su nombre en honor de la Princesa Louise Caroline Alberta (1848-1939), la cuarta hija de la Reina Victoria y también esposa del Marqués de Lorne, que fue Gobernador General de Canadá entre 1878 y 1883.
El color del lago se debe al polvo de roca que llega hasta allí por el agua que se ha derretido del glaciar Lefroy y de los dos glaciares Victoria, que dominan el lago. Otros famosos lagos de la zona, como el Moraine, el Peyto o el Bow también presentan una coloración parecida, igual de impresionante.
Sello de identidad de Canadá, es imposible librarse aquí de un hermoso paseo alrededor del lago. Los colores y formas cambian en armonía con la vegetación. Son los reflejos esmeralda del lago Louise los que seducen a cientos de turistas. No nos extraña que aquí los flashes no dejen de crepitar, de hecho es uno de los lugares más fotografiados del país. ¡Es tan fácil conseguir la fotografía de tus sueños! Basta sorprender una mañana cualquiera a uno de los deportistas navegando en su canoa. Este lago fue bautizado como Louise dado el nombre de la princesa Louise Caroline Alberta, cuarta hija de la reina Victoria. Está rodeado de picos nevados, y tiene un agua entre verde esmeralda y azul turquesa, dependiendo de la posición del sol. Su superficie, lisa y raramente interrumpida (salvo por el recorrido de pequeñas embarcaciones), es como un espejo donde se refleja cada detalle de la geografía que le rodea.
El pueblo de Louise, a tan solo 5 kilómetros del lago, es un lugar ideal para crear el campamento base con acceso a la carretera transcanadiense para realizar todas las visitas a los parajes naturales de la zona y las actividades diversas que se ofrecen al visitante en todo el parque. Al pie del lago se pueden hospedar en el lujoso hotel Château Lake Louise.
El viajero encuentra nada más llegar, elegantes bosques de altos pinos, ambientando senderos que se elevan a los pies de los glaciares de alta montaña, desde donde se ven las águilas enseñoreándose del territorio. Desde allí se pueden contemplar, reflejados en el lago, toda la silueta de las cumbres con las nubes por sombrero.
Con fortuna podemos encontrar, venados, alces y ovejas montañeras dando brincos entre el escarpado paisaje. Temblar al ver un oso pardo bajar a beber el agua derretida del glaciar y después de tan impactante aventura descender para relajarse tomado un baño de aguas termales que hicieron famoso el lugar en el suntuoso spa del hotel del lago.
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